Para el síndico del ayuntamiento, Gabino Carbajo Guzmán, la urbanización de la zona del Cerro del Hormiguero y La Bufa no impactará negativamente el entorno ecológico, pues aseguró que ahí "no hay vegetación endémica ni es un pulmón de la ciudad".
De hecho, dijo que "donde construyes una vialidad se detona el desarrollo urbano, eso sucede aquí y en China, por lo que no es conveniente al atorar esas inversiones".
Insistió en que el impacto ambiental en la zona será controlado, pues para ello, el ayuntamiento solicitó a Azacan estudios que deben ser validados por el Instituto Estatal de Ecología (IEE).
Así, confirmó que la solicitud de la empresa constructora, sin duda, detonará del desarrollo urbano en la zona, pues al existir el acceso Diego Rivera, construido con recursos del gobierno del estado, "no puedes esperar otra cosa que una detonación de inversión privada a los alrededores, si se quería conservar la zona como de preservación ecológica no se hubiera hecho la vialidad", señaló Carbajo Guzmán.
Quien insistió en que la urbanización es la finalidad de los terrenos sobre los que construyen vialidades, como ocurre con el entronque que conectará el Diego Rivera con el bulevar Guanajuato, "e igual sucederá con el libramiento norponiente", aunque en dicho punto, dijo, "son puros asentamientos irregulares" los que existen y por ello no tendrían derecho a servicios.
"En los terrenos de Azacan, la empresa urbanizará y luego venderá, además de que tendrá toda la cuestión ambiental solventada, y en la Venada no, invaden, luego quieren urbanizar y al final queda la cuestión ambiental, además de que en La Venada hay peligros de deslaves, señaló.
Un desarrollo para gente con dinero
Carbajo Guzmán, señaló que con la urbanización de las 38.8 hectáreas en un área que hasta el martes fue considerada como de preservación ecológica, se pretende atraer inversiones de extranjeros a fin de dinamizar la economía de la capital y puso como ejemplo a San Miguel de Allende, donde cientos de norteamericanos se han asentado.
"San Miguel de Allende es una economía distinta a otros municipios porque hay más flujo de dinero, hay más dinero y más empleos bien pagados", dijo al tiempo que señaló que en la capital "no hay oferta de vivienda para ese tipo de personas, porque no hay fraccionamientos de calidad; se pretende atraer turismo de mejor categoría y que gente de dinero se venga a vivir aquí", apuntó.
La zona
Las 38.8 hectáreas en las que se aprobó el cambio de uso de suelo se ubican en las faldas del cerro de La Bufa, Los Pichachos y El Hormiguero.
Así, situando como punto de partida el túnel Diego Rivera, en dirección hacia la glorieta Santa Fe, los terrenos que se ubican al lado derecho de la vialidad, se destinarán a la construcción de un hotel de cinco estrellas, en el que se evitará el impacto visual al entorno ecológico.
En el cerro del Hormiguero, al lado izquierdo, se construirán 893 viviendas de 160 metros cuadrados.
Los terraplenes serán destinados para la equipamiento urbano, es decir habrá centros comerciales y negocios; de esa zona, hacia el bulevar Guanajuato, saldrá un entronque que lo unirá con el acceso Diego Rivera.
ÉNFASIS
Actualmente los cerros de las faldas de Los Picachos están verdes por la vegetación, el agua escurre por los arroyos; huizaches, casahuates y cactáceas, son parte del medio ambiente del lugar, además de casuarinas y eucaliptos de más de 40 años de vida.
Carlos Scheffler Ramos, síndico del PRD, dio que si bien, no estuvo presente en la sesión de ayuntamiento donde se autorizó el cambio de uso de suelo para el predio Granja La Bufa, sí respalda este acuerdo y, de hecho, firmará el dictamen de la Comisión de Desarrollo Urbano para avalar la acción.
El perredista señaló que no estuvo en la sesión pero por motivos personales, pues el dictamen de cambio de uso de suelo lo aprueba totalmente.
Aclaró que el documento tiene una serie de condicionantes que no dan carta blanca al desarrollo habitacional y comercial que pretende el dueño del predio, la constructora Azacan.
Dijo que con esta autorización habría un crecimiento ordenado y condicionado a una serie de medidas como estudios de impacto ambiental, la protección del paisaje, la sustentabilidad, el equilibrio ecológico, el cuidado del medio ambiente y que se manifiesten de manera clara, los beneficios que traería a la ciudad este desarrollo.
Destacó Scheffler que el contratista Azacan, al tener el cambio de uso de suelo se compromete a conformar "el parque del hormiguero" para garantizar que la fiesta de la Cueva de San Ignacio, tenga una estancia definitiva.
Que lo invaliden: Belmonte
El presidente del comité municipal del PRD, José Belmonte, dijo que ni el síndico Carlos Sheffler Ramos ni el regidor Marco Antonio Hernández le informaron lo que se pretendía en los terrenos de Azacan, por lo que espera que le expliquen a fin de analizar la posibilidad de que el dictamen se invalide y se trate el tema hasta que se tenga la actualización del Plan de Ordenamiento Territorial.
Lo hicimos por la fiesta: PAN
El presidente del Comité Municipal del PAN, Alberto Macías Páez, aseguró que los regidores de su partido en el ayuntamiento votaron a favor del cambio de uso de suelo en la Granja La Bufa, "exclusivamente" porque el terreno donde se realiza la fiesta de San Ignacio de Loyola estaba en manos de un particular y la fiesta más antigua y de mayor traducción de los guanajuatenses, peligraba.
Así, la finalidad de los regidores del PAN fue, con esta medida, "darle el terreno a los guanajuatenses… que el terreno volviera a los ciudadanos para que siga la fiesta tradicional", dijo.
Sobre la afectación al paisaje, Macías dijo que, como ciudadano, no le gusta que se vayan a construir casas y desarrollos comerciales, y aunque no quiere conflictos con un particular, considera que a Guanajuato ya no se le debería construir más, sino orientar el desarrollo al sur de la ciudad.
Desacuerdo de Israel Cabrera
Israel Cabrera Barrón, regidor por el Partido Verde Ecologista de México y presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano no aprobó el dictamen para cambiar el uso de suelo de los terrenos de Azacan debido a que dijo, no está de acuerdo con la medida pues impacta negativamente el entorno ecológico y va contra las políticas de desarrollo urbano.
De hecho, dijo que pese a ser presidente de la citada comisión, tampoco firmó el dictamen ni votó a favor del cambio de uso de suelo, ejemplo que fue seguido por su compañera de partido, Carmen Ortega.
Aclaró que "el dictamen está apegado a la ley, y yo como presidente de la comisión no podía detener el trámite… pero sí me opuse al mismo", dada "mi vocación ambientalista", dijo.
Cabrera Barrón advirtió que la urbanización en las faldas de los cerros de Los Picachos propiciará el desarrollo en otras zonas cercanas a ese lugar.
Por su parte, Beatriz Manrique Guevara, presidenta PVEM en el estado señaló que siempre estuvo contra el dictamen.
La polémica que siempre ha generado el nuevo acceso Diego Rivera, inaugurado hace dos años, resurgió esta semana al aprobarse un cambio de uso de suelo que permitirá que la falda de Los Picachos, hasta ahora reserva ecológica, sea invadida por construcciones, como se presumía desde el 2006, cuando empezó la construcción de esa vialidad.
No fue el anterior, sino el actual ayuntamiento, encabezado por un priista, Nicéforo Guerrero Reynoso, el que tomó la decisión de sacrificar la vegetación y el paisaje para dar paso al desarrollo urbano, lo que automáticamente disparará el precio del metro cuadrado en la zona.
La construcción del acceso Diego Rivera, con una longitud de 5.38 kilómetros entre el bulevar Euquerio Guerrero y Paseo de la Presa, comenzó en febrero del 2006 y la obra generó polémicas por el daño ambiental que causó, lo que obligó a suspenderla, pero se reanudó después de tomarse una serie de medidas de remediación y fue inaugurada el 31 de julio del 2008.Cesó la polémica, pero desde que comenzó la obra se especuló con que ese era sólo un primer paso para permitir construcciones en la falda del cerro de Los Picachos, como ocurrió finalmente y como lo advirtieron en su momento, Manuel Federico Chowell Zepeda, director de Desarrollo Urbano del municipio en la anterior administración, y Héctor Bravo Galván, ex director de la entonces Facultad de Arquitectura de la Universidad de Guanajuato.
Para Chowell Zepada, abrir una vialidad implica impactar la zona en la que se realiza porque "es un detonante que abrirá al desarrollo", dijo en septiembre de 2007, mientras que en 2008, Bravo Galván aseguró que "nadie podrá frenar la construcción de edificios o viviendas (…) es una quimera el pretender que obedezcan las leyes o reglamentos para impedir que se destruya la zona natural".
La superficie que será detonada es propiedad de Alejandro Marcocchio Rodríguez, y la adquirió en 2005, meses antes de que Azacán, empresa de la que también es dueño, empezara la construcción del nuevo acceso Diego Rivera.
Inversión a futuro
Un peso con 89 centavos por metro cuadrado pagó en diciembre del 2005, la Constructora Azacan, propiedad de Alejandro Marcocchio, por 47.4 hectáreas, de las cuales, 38.8 ya podrán urbanizarse.
Por esa superficie, de 470 mil 400 metros cuadrados, la Constructora Azacan pagó 248 mil 602 pesos con 40 centavos, y erogó 129 pesos más para darla de alta en el Registro Público de la Propiedad y el Comercio.
La escritura de propiedad de ese terreno -cuyo folio real es el R15*24967- fue inscrita en el Registro Público de la Propiedad a las 13:43 horas del nueve de diciembre de 2005 bajo el número 3381 y ante el notario público 22, Joel Modesto Esparza.