El cabildo plural de Nicéforo, con su vestimenta formal de la reciente sesión de ayuntamiento, subió al lugar de los hechos para decir una vez más, ante representantes de los medios de comunicación, que no se autorizará ningún proyecto de urbanización que no cumpla con los requisitos de impacto ambiental y fisonomía de la zona.
En inédita conferencia en el cerro, se instaló una carpa junto a los juegos mecánicos que ya se colocan para la fiesta popular de mañana. Ahí, el alcalde Nicéforo Guerrero Reynoso se vio flanqueado por los síndicos Carlos Scheffler del PRD y Gabino Carbajo Guzmán, del PRI y funcionarios de la administración municipal.
Más tarde llegaron los panistas, Karen Burstein Campos y Francisco Licea, quienes en realidad no participaron de la conferencia, ni tampoco los jóvenes regidores priistas Alejandra Caballero y Luis Ignacio Reyes Retana.La directora de Planeación Urbana, Lourdes Murillo, explicó ampliamente el proceso de cambio de uso de suelo de "una zona que tiene mucha presión urbana" por la vialidad "Diego Rivera", que no se afectarán las faldas de la Bufa, y que se atenderá el cerro del hormiguero, algo que más tarde confirmó el alcalde.
Como cada que se toca el tema, la conferencia fue accidentada, con medias preguntas precipitadas y medias respuestas, a veces retadoras, del primer edil.
Insistía el primer edil en que no se construirán casas ni hotel 5 estrellas sin el permiso específico del ayuntamiento para cada uno de los proyectos.
Ante el repetitivo tema, los conferencistas y reporteros se levantaron a ver el cerro y los lugares donde estaría o no algún desarrollo y, mientras el alcalde caminaba con los periodistas, señalando los límites de poligonales, el panista Licea comentaba algo fastidiado, con uno de los asistentes, que "mejor había que bajar el telón".
El ayuntamiento en pleno acordó ayer solicitar a Alejandro Marcocchio y los propietarios de los terrenos del Hormiguero, que estos sean donados sin condiciones, por lo que entonces no sería necesaria la conformación de un fideicomiso para su administración, como se pretendía originalmente.
La propuesta aprobada por el ayuntamiento la hizo el regidor del PRD, Marco Antonio Hernández Gutiérrez. Así el predio de El Hormiguero pasará a ser directamente propiedad de los guanajuatenses, señaló.La propuesta se integró en el apartado de asuntos de interés general, en la que se pidió también la instalación de una Comisión de Vigilancia y Seguimiento que se encargará de abrir la información del proyecto de urbanización en la zona de Los Picachos, a fin de que la población que se opone a ello aclare sus dudas.
Sin embargo, al instalar dicha Comisión de Vigilancia y Seguimiento, no se incluía al presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano y Ecología, Israel Cabrera Barrón, del PVEM, quien votó contra del dictamen de cambio de uso del suelo del predio propiedad de la constructora Azacan.
La propuesta de integración de la comisión la hizo el regidor del PRI, Luis Ignacio Gutiérrez Reyes Retana, proponiendo que la integraran él, el regidor Marco Antonio Hernández Gutiérrez, el regidor José Morán Valázquez y el síndico Carlos Scheffler Ramos, argumentando que "somos los que más sabemos del tema", pues fueron quienes aprobaron el dictamen de cambio de factibilidad de uso del suelo, a excepción de Scheffler Ramos, quien no estuvo en la sesión en la que se votó el dictamen.
Sin embargo el regidor Francisco Licea Montiel, dijo que él proponía que también se le diera cabida al regidor del PVEM, lo que fue aprobado por el ayuntamiento.
Cabrera Barrón dijo que él estudió una maestría en Ciencias Ambientales y sabía de lo que hablaba cuando se trata de temas de desarrollo urbano y ecología, "no me opongo al desarrollo de la ciudad, pero defiendo una ideología, que es la de preservar el medio ambiente, por lo que pido que se dialogue el tema de manera cordial y objetiva", señaló.
En tanto, el síndico Carlos Scheffler Ramos, exhortó a la Dirección de Desarrollo Urbano para que acelere los trabajos de culminación del POT.
Licea Montiel señaló que es muy importante informar de manera veraz y científica sobre lo que se pretende hacer en Los Picachos, pues los medios de comunicación no lo han hecho, afirmó.
RECUENTO
Integran la comisión:
Luis Ignacio Gutiérrez Reyes Retana, regidor PRI
Marco Antonio Hernández Gutiérrez, regidor PRD
José Morán Valázquez, regidor PAN
Carlos Scheffler Ramos, síndico PRD
Francisco Licea Montiel, regidor PAN
Israel Cabrera Barrón, regidor PVEM
"El municipio de Guanajuato debe de velar por las zonas verdes a través de su Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que debe de contemplar su perfil ecológico", opinó el procurador de Protección al Ambiente del Estado de Guanajuato (Propaeg), Miguel Ángel Torrijos Mendoza, respecto a la intención de urbanizar en terrenos de Los Picachos.
Destacó que como dependencia y sobre este tema, hay observaciones, pues debe el municipio de privilegiar las áreas verdes y para ello debe contar con un instrumento legal, en este caso el POT como inicio.
"En el caso de los cambios de uso de suelo, esos no son competencia de la procuraduría vigilarlos, lo que sí nos corresponde son los impactos ambientales" y dijo que si se llega a realizar alguna obra en la zona, "estaremos exigiendo que cuente con las autorización del Instituto Estatal de Ecología (IEE) por lo que corresponde a impactos ambientales".
Torrijos Mendoza señaló que La Bufa es un bien cultural, por lo que se debe de respetar, "igual las instancias de cultura pueden tomar cartas en el asunto, es una posibilidad porque podría estarse deteriorando parte del patrimonio cultural", expresó.
Quienes vayan a La Bufa mañana sábado es muy probable que se encuentren con alguna cerca en su camino, sobre todo si caminan por las cañadas que forman parte de las faldas de los cerros de Los Picachos; las cercas son una prueba del interés por urbanizar en la zona, proceso en el que hasta el momento quien va más adelantado es la empresa Azacan.
Las cercas que se han colocado en Los Picachos, parten, una desde una cañada que está a un lado del cerro del Homiguero; aunque parte de esa cerca fue derribada por instrucciones de la Dirección de Desarrollo Urbano.Hay otra que pasa a un lado del Cerro del Pastor y otras que llegan a un macizo rocoso que está detrás de la Bufa, así como otra cerca que se levantó a un lado del lugar conocido como El Rostro de Cristo.
Así, el ayuntamiento, sin hacer caso de la historia reciente, no se mueve de su postura de permitir la urbanización a Azacan, por el contrario, no toma en cuenta el daño ecológico que causa, como lo demuestra la clausura que hizo la delegación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) apenas el pasado miércoles, por arrojar azolve extraído de la presa de la Olla, a una de las cañadas cercanas al cerro del Hormiguero.
Cuando se construyó el acceso Diego Rivera, la mayor parte de la obra corrió a cargo de Azacan y en dicho proceso aterró cuatro cañadas ubicadas a lo largo de la carretera.
Así se conformaron grandes plataformas de tierra por donde antes corrían arroyos, plataformas que se pretendía fueran "paradores ecológicos", lo que no aceptó la Profepa y clausuró la obra durante seis meses.
Uno de los terraplenes se construyó sobre la cañada de la Presa de Pozuelos, la segunda presa más antigua de la ciudad, por lo que la Profepa ordenó que la constructora implementar medidas de mitigación ambiental, entre estas la de construir una presa de retención de azolves, lo que se hizo, aunque desde hace dos años está llena de arena y grava.
Ayer, al respecto, el alcalde, Nicéforo Guerrero Reynoso, reiteró que se trabajará en el desazolve de la presa, aunque por el momento no hay dinero.
Así se habla que se otorgará a la constructora el permiso para que urbanice si cumple con el estudio de mitigación de impacto ecológico, sin tomar en cuenta el daño ecológico provocado ahí y en una zona conocida como El Chorro, donde había varios arroyos y pozas donde la gente acostumbraba acudir de día de campo.
El alcalde aseguró ayer que la construcción del terraplén fue parte de la obra de la carretera Diego Rivera, aunque es propiedad de Azacan.