Fuente: Correo 13/10/08
Itinerario Político
Ricardo Alemán
*Escándalo que sublima cinismo y corrupción de la profesora Gordillo *Disidentes, con la misma genética, defienden venta corrupta de plazas
Ricardo Alemán
*Escándalo que sublima cinismo y corrupción de la profesora Gordillo *Disidentes, con la misma genética, defienden venta corrupta de plazas
El pasado sábado EL UNIVERSAL informó que México es segundo lugar mundial en la compra de exclusivas camionetas tipo militar, Hummer.
¿Quién compra esos vistosos vehículos, que en promedio cuestan medio millón de pesos...? Nuevos ricos, ciudadanos adinerados, uno que otro político —como Jorge Kahwagi—, señoras que por aquello de la inseguridad confunden las calles de la ciudad de México —y de Nuevo León y Guadalajara— con Bagdad. Algunos distribuidores presumen que las Hummer se venden "como pan caliente" en las regiones de potente presencia del narcotráfico.
¡Pero qué creen...! Hoy la exclusiva camioneta tiene nuevos clientes en México. Y no es clientela cualquiera. No, se trata nada menos que de los exigentes líderes del magisterio, comandados por la dispendiosa jefa del SNTE, Elba Esther Gordillo, quien sorprendió a por lo menos 60 de los jefes de secciones sindicales del magisterio —subordinados de la profesora—, con un regalo que ninguno se atrevió a despreciar: una Hummer modelo 2009, con un valor comercial de casi 500 mil pesos cada una. Es decir, el "regalito" habría significado erogar 30 millones de pesos de las arcas sindicales. ¿O serán 30 millones de pesos de dinero público?
Pero no, que nadie se escandalice. Mal pensados, envidiosos de los siempre responsables y honestos líderes sindicales del magisterio, esos que todo merecen y que, ¡por supuesto...!, todo obtienen de su jefa, la señora Gordillo. Y sólo basta recordar que por allá de 2003 la señora Gordillo regaló —como hoy, a cada uno de sus subordinados jefes de las secciones sindicales— una camioneta de moda en el momento. ¿Y por qué o para qué fue el regalo de entonces? Casi nada, "para amarrar" a sus incondicionales en una tarea de largo aliento: la construcción del Partido Nueva Alianza. Es decir, compro las voluntades con un "regalazo" para lograr la construcción del partido de la señora Gordillo —que es lo que sabe hacer, y hace muy bien la profesora Gordillo—, quien meses antes regaló a cada uno de los diputados bajo su liderazgo en San Lázaro —cuando era jefa de los diputado del PRI— una computadora personal.
En Hermosillo, la capital de Sonora —estado gobernado por su aliado Eduardo Bours, presidenciable que cree que será empujado por la señora Gordillo a Los Pinos—, se llevó a cabo durante tres días el 26 Consejo Nacional Extraordinario del SNTE, en el que la profesora Gordillo lanzó un ultimátum a los disidentes y rebeldes profesores de Morelos. En ese mismo Consejo Nacional, la lideresa entregó los "regalos de lujo" a sus líderes subordinados —las Hummer del escándalo—, y en el extremo del cinismo lanzó una grosera advertencia al Congreso: movilizar a 100 mil maestros, si no le entregan a la Alianza para la Calidad de la Educación la nada despreciable cantidad de ocho mil millones de pesos, vía presupuesto.
En lo que parece la sublimación del cinismo y la corrupción del cuestionado liderazgo vitalicio del SNTE, la profesora Gordillo enseñó de nueva cuenta el secreto de su control sobre el magisterio: precisamente el cinismo y la corrupción. Es decir, comprar las voluntades, al precio que sea, y someter políticamente, por los medios que sean.
Cuando en el Consejo Nacional de Hermosillo la señora Gordillo blandió sus armas preferidas, la corrupción y el cinismo, y cuando anunció una movilización multitudinaria para apoyar el mayor presupuesto posible para la Alianza para la Calidad de la Educación —que confirma la alianza Gordillo-Calderón—, en realidad el mensaje que pretende enviar es el de su fuerza y control sobre el destino del SNTE. "Aquí estoy", parece decir. Pero ratifica que es y seguirá siendo aliada de Calderón. Alianza que ya es un lastre para el alicaído gobierno federal y sobre todo para el perdidoso partido azul. Sí, el de la señora Gordillo es un liderazgo harto cuestionable.
Por eso, el escándalo "de las Hummer", con seguridad dará todo el parque a los malquerientes de Gordillo, quienes seguramente contrastarán la corrupción y el cinismo de "la profesora" con la lucha titánica y casi sobrehumana que empujan los maestros disidentes de Morelos. Maestros pobres que luchan contra esa corrupción.
¿Pero qué no es la corrupción de la venta de plazas, la corrupta negativa a someterse a evaluaciones, lo que defienden los maestros? ¿Qué no es esa, la lucha de los corruptos disidentes, el otro extremo del cinismo y la corrupción del magisterio? Unos, los aliados de Gordillo, defienden el privilegio de las Hummer; mientras que los otros, los rebeldes de Morelos, defienden la impunidad en la venta de plazas, la mediocridad educativa como cultura magisterial y sindical. Les guste o no a las partes, a quienes sin autocrítica justifican la rebelión de Morelos, la señora Gordillo y los disidentes tienen la misma genética: el cinismo y la corrupción. Pero muchos prefieren cerrar los ojos.
¿Quién compra esos vistosos vehículos, que en promedio cuestan medio millón de pesos...? Nuevos ricos, ciudadanos adinerados, uno que otro político —como Jorge Kahwagi—, señoras que por aquello de la inseguridad confunden las calles de la ciudad de México —y de Nuevo León y Guadalajara— con Bagdad. Algunos distribuidores presumen que las Hummer se venden "como pan caliente" en las regiones de potente presencia del narcotráfico.
¡Pero qué creen...! Hoy la exclusiva camioneta tiene nuevos clientes en México. Y no es clientela cualquiera. No, se trata nada menos que de los exigentes líderes del magisterio, comandados por la dispendiosa jefa del SNTE, Elba Esther Gordillo, quien sorprendió a por lo menos 60 de los jefes de secciones sindicales del magisterio —subordinados de la profesora—, con un regalo que ninguno se atrevió a despreciar: una Hummer modelo 2009, con un valor comercial de casi 500 mil pesos cada una. Es decir, el "regalito" habría significado erogar 30 millones de pesos de las arcas sindicales. ¿O serán 30 millones de pesos de dinero público?
Pero no, que nadie se escandalice. Mal pensados, envidiosos de los siempre responsables y honestos líderes sindicales del magisterio, esos que todo merecen y que, ¡por supuesto...!, todo obtienen de su jefa, la señora Gordillo. Y sólo basta recordar que por allá de 2003 la señora Gordillo regaló —como hoy, a cada uno de sus subordinados jefes de las secciones sindicales— una camioneta de moda en el momento. ¿Y por qué o para qué fue el regalo de entonces? Casi nada, "para amarrar" a sus incondicionales en una tarea de largo aliento: la construcción del Partido Nueva Alianza. Es decir, compro las voluntades con un "regalazo" para lograr la construcción del partido de la señora Gordillo —que es lo que sabe hacer, y hace muy bien la profesora Gordillo—, quien meses antes regaló a cada uno de los diputados bajo su liderazgo en San Lázaro —cuando era jefa de los diputado del PRI— una computadora personal.
En Hermosillo, la capital de Sonora —estado gobernado por su aliado Eduardo Bours, presidenciable que cree que será empujado por la señora Gordillo a Los Pinos—, se llevó a cabo durante tres días el 26 Consejo Nacional Extraordinario del SNTE, en el que la profesora Gordillo lanzó un ultimátum a los disidentes y rebeldes profesores de Morelos. En ese mismo Consejo Nacional, la lideresa entregó los "regalos de lujo" a sus líderes subordinados —las Hummer del escándalo—, y en el extremo del cinismo lanzó una grosera advertencia al Congreso: movilizar a 100 mil maestros, si no le entregan a la Alianza para la Calidad de la Educación la nada despreciable cantidad de ocho mil millones de pesos, vía presupuesto.
En lo que parece la sublimación del cinismo y la corrupción del cuestionado liderazgo vitalicio del SNTE, la profesora Gordillo enseñó de nueva cuenta el secreto de su control sobre el magisterio: precisamente el cinismo y la corrupción. Es decir, comprar las voluntades, al precio que sea, y someter políticamente, por los medios que sean.
Cuando en el Consejo Nacional de Hermosillo la señora Gordillo blandió sus armas preferidas, la corrupción y el cinismo, y cuando anunció una movilización multitudinaria para apoyar el mayor presupuesto posible para la Alianza para la Calidad de la Educación —que confirma la alianza Gordillo-Calderón—, en realidad el mensaje que pretende enviar es el de su fuerza y control sobre el destino del SNTE. "Aquí estoy", parece decir. Pero ratifica que es y seguirá siendo aliada de Calderón. Alianza que ya es un lastre para el alicaído gobierno federal y sobre todo para el perdidoso partido azul. Sí, el de la señora Gordillo es un liderazgo harto cuestionable.
Por eso, el escándalo "de las Hummer", con seguridad dará todo el parque a los malquerientes de Gordillo, quienes seguramente contrastarán la corrupción y el cinismo de "la profesora" con la lucha titánica y casi sobrehumana que empujan los maestros disidentes de Morelos. Maestros pobres que luchan contra esa corrupción.
¿Pero qué no es la corrupción de la venta de plazas, la corrupta negativa a someterse a evaluaciones, lo que defienden los maestros? ¿Qué no es esa, la lucha de los corruptos disidentes, el otro extremo del cinismo y la corrupción del magisterio? Unos, los aliados de Gordillo, defienden el privilegio de las Hummer; mientras que los otros, los rebeldes de Morelos, defienden la impunidad en la venta de plazas, la mediocridad educativa como cultura magisterial y sindical. Les guste o no a las partes, a quienes sin autocrítica justifican la rebelión de Morelos, la señora Gordillo y los disidentes tienen la misma genética: el cinismo y la corrupción. Pero muchos prefieren cerrar los ojos.