DE NUESTRAS RAZONES PARA OPONERNOS A QUE SE PROMULGUE LA LEY DE PETRÓLEOS MEXICANOS SIN LAS 12 PALABRAS QUE GARANTIZAN LA SOBERANÍA NACIONAL
Durante los casi 70 años de existencia del partido más entreguista y apátrida que existe en este país, su única motivación ha sido echar atrás todas la políticas nacionalistas implantadas por el General Lázaro Cárdenas del Río y sin las cuales lo que hoy conocemos como México no existiría. Y es hoy, empoderado como nunca y ensoberbecido como siempre, cuando se siente con facultades para hacer y deshacer lo que se le venga en gana: descarada y cínicamente se atreve a proponer que le entreguemos la única garantía que nos queda de Estado Nacional al capital extranjero. No lo consiguieron. El Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, dirigido con mucha inteligencia y puesto en marcha por todos nosotros con mucho amor, disciplina, valor, entrega e imaginación, es el indiscutible ganador de este momento histórico donde se frenaron los intentos privatizadores de la derecha.
Ahora que se ha logrado una mediana legislación donde únicamente se han conjurado las amenazas privatizadoras más descaradas y rapaces, se habla en los medios, a grito escandaloso, sobre la “necedad” del Presidente Legítimo; en realidad se habla sobre NUESTRA necedad, porque él sólo es portavoz del pueblo y líder del Movimiento en Defensa del Petróleo constituido por lo más granado de ese pueblo: la gente informada e irreductiblemente nacionalista.
“¿Por qué no se aplacan? No pasaron las reformas de Calderón (sic, en realidad se refieren al pelele) ¿Qué más quieren?” Esa legislación es incompleta, deja muchos cabos sueltos y está envenenada, pues por una parte permite el desmantelamiento de Pemex por al menos tres vías: la económica, la jurídica y la Tecnológica.
En lo tocante a la economía, en el marco de la pretendida “autonomía de gestión” se le da absoluta libertad al Consejo de Administración –constituido por 10 elementos designados por el Ejecutivo, que siempre es antinacionalista, y 5 charros mafiosos del sindicato (Art. 8 de la Propuesta de Ley de Petróleos Mexicanos, en lo sucesivo PLPM)- para endeudar y administrar mal a la paraestatal (Art. 44 de la PLPM), a tal grado que descaradamente meten una garantía de impunidad en el Art. 43, donde se establece que podrán contratar seguros, fianzas o cauciones para los miembros del Consejo que cubran el monto de la indemnización por los daños que cause su actuación, salvo que se trate de actos dolosos o ilícitos (jajaja, como si hubiera alguien en el gobierno que cometa ilícitos ¡siempre resultan blancas palomitas!).
Aunque no sólo es por este frente que se pretende quebrar a Pemex, sino también por el ámbito jurídico, pues en el Art. 57 de la PLPM se consigna que Pemex y sus organismos subsidiarios podrán adquirir por adjudicación directa “los servicios de fedatarios públicos, peritos y de representación en procesos judiciales o administrativos”, es decir, se permite el tráfico de influencias y se abre la puerta legalmente a la vieja práctica de contratar bufetes que representan los intereses de la contraparte, haciendo perder los casos a la paraestatal; cuentas alegres: todos ganan, aunque merme el patrimonio de los mexicanos. En el mismo sentido, en el Art. 72, se consigna que los actos jurídicos de Pemex se regirán por las leyes federales, mas, tratándose de actos jurídicos de carácter internacional, se permite la sujeción de Pemex a la jurisdicción de tribunales extranjeros en asuntos mercantiles “cuando así convenga al mejor cumplimiento de su objeto” ¿cómo va una legislación ajena a ser más favorable al interés nacional que la propia? Mayor grado de cinismo no lo hay.
En lo tocante a tecnología, es bastante significativo que seis de los siete comités en que se dividirá el Consejo de Administración, tengan como obligación integrar a las Secretarías de Estado vinculadas con su cometido, por ejemplo en el Art. 28, que se refiere al Comité de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, se determina que a sus sesiones “asistirá un representante de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, como invitado permanente, con voz pero sin voto”; y así por el estilo con seis comités, menos con uno, el Comité de Desarrollo e Investigación Tecnológica, del cual se dice que “PODRÁ invitar, EN FORMA HONORÍFICA, a sus sesiones con voz pero sin voto a representantes de las instituciones de educación superior y de investigación científica y tecnológica” o lo que es lo mismo, se dejará a Pemex caer en el rezago tecnológico, desoyendo las recomendaciones de las instituciones de investigación mexicanas, para así justificar la adquisición de tecnología extranjera.
Sin embargo, sabedores de que el rescate de nuestra Patria implica una incansable labor constante, creemos que todos estos puntos legislativos envenenados con toda intención se pueden desactivar con la vigilancia del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, constituido en una siguiente etapa como Comités de Vigilancia Popular para Pemex.
Ahora que se ha logrado una mediana legislación donde únicamente se han conjurado las amenazas privatizadoras más descaradas y rapaces, se habla en los medios, a grito escandaloso, sobre la “necedad” del Presidente Legítimo; en realidad se habla sobre NUESTRA necedad, porque él sólo es portavoz del pueblo y líder del Movimiento en Defensa del Petróleo constituido por lo más granado de ese pueblo: la gente informada e irreductiblemente nacionalista.
“¿Por qué no se aplacan? No pasaron las reformas de Calderón (sic, en realidad se refieren al pelele) ¿Qué más quieren?” Esa legislación es incompleta, deja muchos cabos sueltos y está envenenada, pues por una parte permite el desmantelamiento de Pemex por al menos tres vías: la económica, la jurídica y la Tecnológica.
En lo tocante a la economía, en el marco de la pretendida “autonomía de gestión” se le da absoluta libertad al Consejo de Administración –constituido por 10 elementos designados por el Ejecutivo, que siempre es antinacionalista, y 5 charros mafiosos del sindicato (Art. 8 de la Propuesta de Ley de Petróleos Mexicanos, en lo sucesivo PLPM)- para endeudar y administrar mal a la paraestatal (Art. 44 de la PLPM), a tal grado que descaradamente meten una garantía de impunidad en el Art. 43, donde se establece que podrán contratar seguros, fianzas o cauciones para los miembros del Consejo que cubran el monto de la indemnización por los daños que cause su actuación, salvo que se trate de actos dolosos o ilícitos (jajaja, como si hubiera alguien en el gobierno que cometa ilícitos ¡siempre resultan blancas palomitas!).
Aunque no sólo es por este frente que se pretende quebrar a Pemex, sino también por el ámbito jurídico, pues en el Art. 57 de la PLPM se consigna que Pemex y sus organismos subsidiarios podrán adquirir por adjudicación directa “los servicios de fedatarios públicos, peritos y de representación en procesos judiciales o administrativos”, es decir, se permite el tráfico de influencias y se abre la puerta legalmente a la vieja práctica de contratar bufetes que representan los intereses de la contraparte, haciendo perder los casos a la paraestatal; cuentas alegres: todos ganan, aunque merme el patrimonio de los mexicanos. En el mismo sentido, en el Art. 72, se consigna que los actos jurídicos de Pemex se regirán por las leyes federales, mas, tratándose de actos jurídicos de carácter internacional, se permite la sujeción de Pemex a la jurisdicción de tribunales extranjeros en asuntos mercantiles “cuando así convenga al mejor cumplimiento de su objeto” ¿cómo va una legislación ajena a ser más favorable al interés nacional que la propia? Mayor grado de cinismo no lo hay.
En lo tocante a tecnología, es bastante significativo que seis de los siete comités en que se dividirá el Consejo de Administración, tengan como obligación integrar a las Secretarías de Estado vinculadas con su cometido, por ejemplo en el Art. 28, que se refiere al Comité de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, se determina que a sus sesiones “asistirá un representante de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, como invitado permanente, con voz pero sin voto”; y así por el estilo con seis comités, menos con uno, el Comité de Desarrollo e Investigación Tecnológica, del cual se dice que “PODRÁ invitar, EN FORMA HONORÍFICA, a sus sesiones con voz pero sin voto a representantes de las instituciones de educación superior y de investigación científica y tecnológica” o lo que es lo mismo, se dejará a Pemex caer en el rezago tecnológico, desoyendo las recomendaciones de las instituciones de investigación mexicanas, para así justificar la adquisición de tecnología extranjera.
Sin embargo, sabedores de que el rescate de nuestra Patria implica una incansable labor constante, creemos que todos estos puntos legislativos envenenados con toda intención se pueden desactivar con la vigilancia del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, constituido en una siguiente etapa como Comités de Vigilancia Popular para Pemex.
Lo que peleamos ahora, es el cierre definitivo de la puerta de atrás a las trasnacionales, materializado en doce sencillas palabras que habrán de añadirse al Art. 60 de dicha Ley: “Sección Cuarta, Modalidades especiales de contratación, Art. 60.- (…) No se suscribirán contratos de exploración y producción que contemplen otorgamiento de bloques o áreas exclusivas”, es algo muy sencillo y dado el enorme esfuerzo empeñado en llegar a esta Propuesta de Ley, se trata simplemente de garantizarle a la Nación que su interés no se verá mermado haciendo uso de argucias legaloides y marrulleras estilo “es perfectamente permitido lo que no está explícitamente prohibido”. Es algo tan sencillo que al no querer dejarlo bien escrito en la Ley, evidencia como talón de Aquiles la debilidad del gobierno espurio: que fue impuesto para desmantelar al País. Eso es lo que peleamos, como en su momento peleamos no que se declarara Presidente Electo a López Obrador, sino simplemente que se contaran todos los votos para definir claramente quién era el ganador de la contienda.
Pero no, no lo hacen porque las cosas sencillas son las que ponen a cada quién de cara a su verdadera naturaleza. Doce palabras que sellarán a cada quién en su lugar frente a la Historia.
Pero no, no lo hacen porque las cosas sencillas son las que ponen a cada quién de cara a su verdadera naturaleza. Doce palabras que sellarán a cada quién en su lugar frente a la Historia.