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De besos, callejones y resistencias

Encontrábame yo felizmente durmiendo en mi camita –en estos fríos días lluviosos que hemos tenido en la gloriosa Chinampa de un lago escondido-, cuando la amable y firme voz de Carmen Aristegui me sacó de mi letargo: “el alcalde panista de Guanajuato castigará con cárcel o multa hasta por $2,000 a quien se bese en la vía pública” -¡jijos de su gómezmorina madre!, Tenía que salir con alguna mam…arrachada ese cara de pollo lavado del presidentucho municipal; como este año a los pinches panuchos ya se les acaba el ¢20 en la administración local…”- Pensó la exiliada jaguara. –Bueno, al cabo que yo ni me beso en la vía pública, y menos en Guanajuato (en territorio de el ojo felino de la Sra Jaguara…no pos no es negocio compañeros)- Concluyó.



Pero el problema no es ese, ni sólo ese: resulta que el mencionado medicucho de título comprado (“¡Cuidado, ese que acaba de comprar su título falsificado puede ser tu médico! ¡No te calles, alza la voz!” Atte. Consejo Derechizador Empresarial, alias El Yunque. P.D.- Si se trata del hermanito menor de alguno de nuestros distinguidos militantes, no te quejes, nos preocupamos tanto por tí que en vez de permitirle recetarte aspirinas, te lo enjaretaremos de alcalde; así ejecutará eficaces campañas contra el SIDA y contra las caries prohibiendo que la pecaminosa gente rinda culto a Satán manifestando públicamente esa obscenidad que llaman amor) en su Bando de policía y (dizque) buen gobierno, también prohibió:
  1. Que los pobres -generados aceleradamente por su partido en los últimos 8 años- pidan limosna en la calle.
    Al más puro estilo porfirista, época en la que se prohibió que los pobres se acercaran al Paseo de la Reforma porque “afeaban” el espacio donde se proyectaba la imagen de “modernidad”, “civilización” y “prosperidad” a los patroncitos franceses (blanquitos, siempre blanquitos), Eduardín Romerito, el pequeño e inútil hermanito del conocido militante del Yunque Juan Carlos Romero Hicks (exrector de la UG, ex gobernador y actual deudor de los becarios de CONACYT, instancia de primera importancia para el país en la cual fue puesto para dificultar la actividad científica y elitizar la educación de posgrado), pretende retirar de las calles todo aquello que refleje la realidad de nuestra querida Guanajuato. Señor alcaldezuelo, aunque el chucho Alonso Raya le haya hecho creer que el sol se puede tapar con un dedo al invitarlo a su toma de protesta, lamento comunicarle que no, no todos los soles se pueden tapar con un dedo, y el sol de los cotidianos locales anunciando en primera y amarillista plana el nuevo caso de suicidio por falta de empleo acontecido en la madrugada, día a día, todos los días, no lo tapa ni con todos los Bandos del mundo donde incluso prohíba que los más chamagocitos salgamos a la calle para que los turistas no se lleven un amargo sabor de boca al contemplar el México de al deveras.
    Manifestando cínicamente su deshumanizado ideario derechista, este administradorcillo y sus azules pajes del Cabildo, al prohibir la mendicidad han inculpado al pobre de ser pobre, a la vida por luchar pertinazmente por seguir existiendo (¿qué quieren? ¿Qué la gente se retire simplemente a fenecer de hambre a sus casas de cartón de La Venada o Maravillas?), a la Nación por dejarse saquear mansamente por ellos, los prianistas (en esto último quizá guarde razón, pero ya estamos tomando cartas en ese asunto, no se preocupe señor alcaldillo).
    En vez de ocuparse del “problema” de los mendigos, esos méndigos del Ayuntamiento deberían de estar llevando el agua, la luz, el pavimento y la salud a esas colonias, minerales y rancherías donde vive la gente más pobre del municipio. Pero no, el dinero del Ayuntamiento se destina a los bolsillos de sus amigos contratistas para que perforen y perforen eternamente túneles que no requerimos con el pretexto de que “están mejorando las vialidades” ¿cuáles vialidades? Con las que se han hecho hasta el momento es más que suficiente. Pero claro, como su hermano cuando era gobernador reventó a la industria minera local, pos de pasada afectó a sus amigotes contratistas, a quienes sacaron de los socavones los canadienses a los que les regalaron las vetas de la Nación, entonces, ahora hay que compensarlos con algo. A ellos sí, ni modo que a los mineros sin empleo cuyas familias ahora tienen que mendigar, o guiar turistas, o acomodar coches, o vender en la vía pública.

  2. Que los hijos de las familias pobres de la ciudad ejerzan la humilde y cansada labor de guiar a los turistas a las momias, la Alhóndiga o, paradojas de la vida, al Callejón del Beso (del cual dice Rayuela que ahora se llamará Callejón del Preso).
    Quienes se dedican a esta labor, son generalmente muchachitos de entre 13 y 25 años. Se les ve ya desde la entrada a la ciudad, debidamente acreditados con su credencial al cuello (“pobres pero limpios” diría el cliché del indio), agitando sus carpetitas de servicios turísticos a todos los vehículos con placas foráneas que van llegando. Son morenos, delgados, humildes. Cuando algún vehículo interesado en sus servicios, se detiene, ellos suben al cofre, o a la cajuela, jamás adentro: arriesgan la vida para guiar por nuestras intrincadas calles y túneles a los fuereños que nos honran con su visita ¿es eso un crimen?
    Para las narices respingadas de la mayoría azul del cabildo, sí. Es una fea actividad que muestra algo que existe, el Guanajuato de los pobres. “Es imperdonable, tan bonita ciudad y las actividades turísticas detentadas por esos feos y deslucidos rapaces. No podemos permanecer indiferentes ¡tenemos que hacer algo! Hay que volver competitiva (palabrita #1 de los panuchos) su belleza: convirtámosla en escenografía de pueblitou folckloricou para que lo vean con buenos ojos los patroncitos güeros que vienen de visita. Apoyemos el turismo de cartón, nada de prietos en las calles, ni de cultura ni de museos. Sólo competitiva escenografía que genere empleos” ¿Se habrán asesorado con Peña Nieto y su Retehorror Teotihuacano?

  3. Que la gente compre o venda el la vía pública.
    El problema del ambulantaje tal como la televisión lo vende (esas “terroríficas” mafias de tepiteños que venden mercancía robada o pirata, y ocupan toda la vía pública) no existe en la ciudad. Lo que hay son mujeres indígenas de Guerrero vendiendo plata de Taxco, indígenas otomíes vendiendo muñequitas de trapo y niños del antiguo y popular barrio de San Luisito vendiendo alfarería a los turistas; uno que otro artesano coyoacano y pequeños puestecitos de gorditas, chicharrones, elotes, frutas, dulces, y tortas. También hay productos del campo que traen las mujeres de las comunidades rurales cercanas (un fraternal reconocimiento para ellas desde esta tribuna -que no ven ni conocen-, porque gracias a su diaria labor, podemos hacer el boicot comercial. Sin saberlo, ellas proveen los medios para que nosotros, los resistencios cuevanenses, pasemos del discurso a la praxis). Por las noches hay pocos carritos de tacos, hamburguesas y hot-dogs; algunas señoras sacan su bote de tamales o comal de sabrosas enchiladas mineras. La mercancía turística tiene sus plazas asignadas y la mercancía pirata tiene lugares y/o días específicos de venta. Es decir, la afectación a la vía pública es mínima.
    Esto es, no hay razón para prohibir la venta y mucho menos la compra en la vía pública argumentando el bien común. Esto más bien se debe a la necedad de la obtusa ideología de derechas, en donde todos tenemos que comprar en los centros comerciales del gran capital (cosa curiosa, ahora que Comercial Mexicana quebró y cerrarán las sucursales que reportan menos ventas, se ha corrido el rumor entre los guanajuateños que una de ellas será la casi recién abierta Mega ¿será acaso que quieren salvar los intereses de la empresa en detrimento de las mujeres del campo?), y si eres pobre y sobrevives como puedes, vendiendo por la libre, eres criminal, pues no respetas “el estado de derecho y la legalidad” ¿Qué no sabes que estamos en plena lucha por una patria ordenada? (será alineada mi buen).

  4. Que la gente no use los puentes peatonales.
    Bien, todo pareciera indicar que el primer mocho del municipio está muy preocupado por que no perezcan sus súbditos, digo, paisanos, atropellados. Bueno, pues no es así. Escasamente hay vialidade de alta velocidad que ameriten el uso de puentes peatonales, y en aquellas que existen, no hay puentes peatonales o llevan construyéndolos por años (ah pero “¡cómo se atreve ese pejelagarto a hacer obras de relumbrón, pobres riquillos de San Jerónimo, serán molestados por mucho tiempo en su derecho a pasar con su carrote y que no les caiga un poco de cal y tierra encima ¡gastarán mucho en el autolavado!, no importa que la obra al final los beneficie a ellos ¡populismo!” ¿ya se les olvidó señores del PAN, que eso decían? ¿entonces por qué tardan años en terminarles su puente peatonal a los pobladores de Santa Teresa?).
    El asunto no es la seguridad del transeúnte, les contaré una anécdota: en cuanto este tipejo tomó posesión del Ayuntamiento, por el rumbo de Embajadoras se empezó a construir una verdadera obra de relumbrón: un espantoso puente peatonal que afea el paseo del Jardín de las Embajadoras. El mencionado mamotreto, cumple la utilísima función de facilitar el cruce de una calle de…¡30 m de ancho!
    El dichoso puente es inútil, costoso y rompe el paisaje arquitectónico. Debido a la animadversión que inspiró, nadie lo usa. Entiendo pues que Romerito se ha ofendido en su ego tiranuelo por el desprecio general a su dispendiosa y payota porquería de puente, y ahora pretende obligar a la gente a que lo use. “¿No hacen aprecio de mi magna obra? ¡que les corten la cabeza, que les corten la cabeza!”, ha dicho el Reyezuelo de Corazones.

    Y la más preocupante (nota para los compañeros de la RCP: si el Presidente ordena salir a informar a la gente, las jaguaras nomás podremos un día y en adelante, tendrán que ser solidarios y mandarnos los cigarritos a los separos municipales):

  5. Que se repartan volantes y todo tipo de propaganda en la vía pública sin el permiso del matasanos apócrifo constituido como Reyezuelo de Corazones de Cuévano.
    Imagínense nomás: “-¿Me da permiso de repartir información de utilidad para el pueblo de México? Es que como ustedes los del Chuprian están volcados a la labor de apoyar la especulación y sus programas electoreros no le ayudan a la gente a cuidar sus centavitos, pues alguien tiene que hacer esa tarea, y ésos meros somos los Representantes del Gobierno Legítimo ¿qué dice? ¿me da permiso? –Sí claro, adelante, hágalo. Es más, déjeme felicitarla por preocuparse piadosa y cristianamente por esos pobres menesterosos dejados de la mano de dios y de E.U.” JAJAJA. Ya parece.

    Como se puede advertir, el asunto es mucho más grave que besarse o no el la vía pública (¿o habrá querido decir “púbica” y fue un error de mecanografía?) La libre manifestación de afecto; de las ideas a través de un volante; la silenciosa y apolítica -pero de elemental sentido común en quien ama a su ciudad- resistencia a las obras que atenten contra nuestro bello paisaje arquitectónico; la criminalización del trabajo honesto “por la libre”; o la inculpación al pobre de su precaria situación (“la pobreza es natural, el pobre es el que es malo”), son actitudes propias de la derecha recalcitrante y constituye un indicativo de que nos dirigimos hacia un Estado fascista, pues eso ya es intromisión en la vida privada y atenta contra las garantías individuales. La ultraderecha representada por el hermano mayor, Juancarlitos del Yunque, aplaude las medidas emprendidas por el cara de pollo lavado del Reyezuelo local. Un niño popis inútil y de poca personalidad. Durante su campaña electoral hacía proselitismo en espacios cerrados y se accedía a esos eventos por invitación, para que no hubiera chusma; así con todas sus letras lo declaraba: no quería populacho en sus eventos, sólo gente bonita ¿qué se podía esperar entonces? Malhadados de sus electores, aunque por su culpa padecemos todos.

    ¡Meowww ftttttzzzzzz roar roarrrr! Claman las enojadas jaguaras, quienes suspiran porque ya llegue septiembre, para que esta chusma albiazul deje la Casa Municipal y nos deje vivir en paz.
    Los primeros beneficiados serán los asistentes al Cervantino, quienes de permanecer este absurdo Bando para el próximo octubre, se la pasarán encarcelados ya no por emborracharse y mearse en la calle, sino por besarse en la vía pública. Quizá ya para ese entonces, también los resistencios guanajuateños dejaremos de ser clientes de los separos municipales, por andar en la calle repartiendo monitos del El Fisgón, o las recomendaciones del Gobierno Legítimo para conservar los magros pesos en el bolsillo.

    Mientras tanto, esta jaguara declara que se besará larga y alegremente, que al cabo lo hace en todos lados menos en su querido terruño colonial.

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