Cerca de mil guanajuatenses marcharon ayer desde la glorieta de Pozuelos hasta el cerro del Hormiguero, y a pesar de pertenecer a diversas organizaciones y tendencias políticas, la única consigna fue la lucha por la preservación de La Bufa, porque no se "dignifique" con bancas y terrazas, sino que se quede como está.
Hombres, mujeres, jóvenes y niños formaron una gran columna desde Pozuelos hasta el Hormiguero pasando por el bulevard Guanajuato. La subida costó trabajo a los mayores, pero siguieron adelante empuñando mantas y cartulinas.
Muchos lucieron unas recién adquiridas camisetas blancas con la leyenda "UNETE. Guanajuato somos todos", que portaba el diseño de los cerros en fondo rojo en donde "el rostro de cristo" dice "no a la urbanización de la Bufa".
Otros repartieron claveles blancos.
Entre las leyendas en las mantas, encabezaba una grande que decía "Guanajuato somos todos", "Picachos no están a la venta", "Guanajuato es patrimonio de la humanidad, no de uno", "No al cambio de uso de suelo", "Ni hoteles ni casas en las faldas de la Bufa", "Bufamos hasta el final", entre otras.
Tierra de mis amores
Al llegar a la explanada del Hormiguero, lo primero que hicieron fue entonar "Tierra de mis amores" de Chucho Elizarraraz, que en 1955 el gobernador José Aguilar y Maya la denominó himno de Guanajuato.
De hecho, antes de comenzar la marcha, se repartieron cuartillas con la letra de la canción. En la misma hoja se hace saber que los cerros, montañas y cañadas de Guanajuato son únicos, y caracterizan nuestro entorno, que ya estaban ahí antes de que el ojo humano los viera.
"Han sido y son fuente de inspiración de infinidad de artistas, poetas, pintores y músicos, por eso son parte fundamental del patrimonio natural y cultural, de la identidad, de la comunidad guanajuatense y mexicana.
Es por eso que debemos defenderla de toda alteración urbanística".
Entre quienes tomaron la palabra, estuvo Juan José Prado, quien destacó que todos quieren la Bufa así, "como está", con respeto a todas las especies vivas de la zona, "no queremos sillitas, no queremos que dignifiquen, sólo queremos la Bufa así como está"
Puntualizó que no pelean si se hace la fiesta de la Cueva o no, "ni estamos peleando si se construye en la Bufa y los Picachos, esos sabemos que son nuestros, aunque alguien diga lo contrario, estamos peleando la aprobación a espaldas del pueblo guanajuatense del cambio de uso de suelo, la aprobación de un proyecto de construcción.
Queremos que eso sea una reserva ecológica, sin cercas ni alambradas, que podamos pasear y disfrutarla, sembrar árboles, áreas de viveros. Que nuestros hijos conozcan el campo y no solo fraccionamientos".
También habló el catedrático Luis Miguel Rionda, quien subrayó que la autoridad les ha acusado de ser manipulados, "pero estamos aquí comprometidos, hay que informarnos porque se puede perder para siempre la zona".
Por su parte, el profesor Juan Manuel Saucedo Rocha, también puntualizó que no son "acarreados", que el movimiento es pacífico, legal y se debe pedir la revocación del acuerdo del ayuntamiento.
"Yo soy originario de Guanajuato, mis abuelos recorrieron estos caminos donde es maravilloso descubrir arroyos, animales, ellos no conocen los cerros y me gustaría que mis hijos si los conocieran".
Respaldo ciudadano
En su paso por las lomas ya pobladas de gente que fue a la Bufa, los manifestantes recibieron el apoyo de la población que les brindó aplausos y porras, aunque casi ninguno se animó a seguir al contingente.
Durante el recorrido, los asistentes fueron gritando consignas como: "Nicéforo, entiende, la Bufa no se vende", "Regidores y síndicos, entiendan, la Bufa no se vende", "No que no, sí que sí, Guanajuato ya está aquí", "Queremos la Bufa así como está",
ÉNFASIS
Entre los asistentes, estuvieron Sebastián Barrera, Alejandro Navarro, Samantha Smith, Elena Galindo, José Prado Viramontes, Luis Miguel Rionda, integrantes Del "Frente Cívico Euquerio Guerrero"; Arturo Miranda, José Luis Lara, Ruth Lugo, Ramón Izaguirre, Jesús Gutiérrez "El Peque", Aureliano Ortega, Juan Carlos Delgado Zárate, Salvador Flores y el ceramista Capelo.
Se vio al inicio al regidor Israel Cabrera, pero no marchó.
Más allá de las polémicas, miles de guanajuatenses cumplieron con su cita anual que les llama cada 31 de julio desde las hondas cañadas y escarpados picachos.
Desde antes de la llegada de los españoles se sabe que los habitantes del lugar montuoso de ranas subían a sus cerros para agradecer a deidades las lluvias, la abundancia de flores y frutos, el nacimiento de animales y la fertilidad de la gente.
Con la colonia y la imposición católica, se hicieron empatar las fechas del festejo con el aniversario del jesuita San Ignacio de Loyola, primer patrono de la ciudad, para buscar civilizar una celebración pagana aunque hoy, cuatro siglos después, no se logra del todo.
De hecho, la gran mayoría no acude a la misa que se realizaba en la "Cueva de San Ignacio", aunque ahora se hizo en el espacio que se conoce como los "Lozeros" y la cual transcurrió sin novedad ni mensajes en el sermón del abad Juan Rodríguez.
Más que nada, las familias empacan sus mejores viandas, se echan al hombro los tapetes, las sombrillas, las lonas, cargan con los niños y hasta con mascotas y se van a comer al cerro, a tomarse unos tragos y, cómo no, a mojarse con la fértil lluvia.
Se estima que ayer subieron al Hormiguero alrededor de 20 mil guanajuatenses a lo largo del día, para festejar el tradicional Día de la Cueva.
Incluso desde el viernes por la noche, cientos de personas acamparon en las faldas de la Bufa y pudieron disfrutar de la iluminación escénica.
Para ello, personal de la Dirección de Servicios Municipales colocó mil 500 antorchas para decorar la cima de los cerros, lo que originó un hermoso espectáculo para preservar, por lo menos hasta ahora, una tradición que data de cientos de años.
Así ayer, como desde el siglo XVII, los guanajuatenses acudieron a sus cerros, hoy con dueño formal en un papel, pero de suyo es la querencia y nadie como la población para eso.
Énfasis
Por lo menos en la historia de la colonia, se fija en 1616, según narra Lucio Marmolejo en sus Efemérides Guanajuatenses. En esa fecha, los habitantes designaron a Ignacio de Loyola (todavía Beato), Patrón Real de Guanajuato.
Posteriormente, el 31 de julio fue un día de regocijo popular; se declaró festivo, las funciones eclesiásticas eran espléndidas, se jugaban carreras de caballos, conforme al gusto de la época.
TEXTUAL
Lic. Nicéforo Guerrero Reynoso
Presidente municipal de la ciudad de Guanajuato
Presente
Con respecto a la resolución tomada por el Ayuntamiento que usted encabeza para cambiar el uso del suelo en la zona aledaña al cerro de la Bufa, consideramos que es nuestro deber de ciudadanos de Guanajuato manifestar nuestra más enérgica protesta y absoluto desacuerdo.
Guanajuato no es sólo su centro histórico, sino sus minas y paisajes adyacentes; es igualmente su entorno natural, que existe desde mucho tiempo antes que los hombres pisaran esta tierra y permanecerá cuando el género humano desaparezca; es un conjunto monumental que comprende una ciudad, antiguas instalaciones mineras y cerros circundantes.
El espacio natural que ustedes acaban de transformar en zona de crecimiento urbano es un hábitat natural en la cual conviven diversas especies animales y vegetales que serán destruidas irremisiblemente; es, además, una superficie de recarga de acuíferos, hecho muy importante tomando en consideración lo que históricamente se ha sufrido la ciudad por la escasez del líquido.
Es una zona que en los últimos años se ha recuperado de la deforestación a que la sometió la indiscriminada tala para obtener leña para las actividades mineras en el siglo antepasado.
Este espacio es patrimonio del pueblo de Guanajuato y de la Humanidad, pues la silueta característica del cerro de la Bufa forma parte del paisaje único que le da personalidad a nuestra ciudad.
El favorecer el crecimiento urbano en ella provocará un daño irreversible a este paisaje y propiciará la construcción de hoteles, comercios y zonas habitacionales de alta densidad y agresivo aspecto estético.
Es también un sitio donde se celebra anualmente una de las festividades de mayor tradición y arraigo entre la población, el Día de la Cueva de San Ignacio, que tiene como uno de sus mayores atractivos el convivir con la naturaleza.
El autorizar en beneficio de un particular este cambio de uso de suelo, a canje de la donación de 12 hectáreas del cerro del Hormiguero, es un acto por el cual se cede al chantaje de quien, bajo una idea perversa y desencaminada de "progreso" sólo mira para su mezquino beneficio económico y traiciona los verdaderos intereses del pueblo de Guanajuato.
El pretender crear un fideicomiso para "dignificar" las 12 hectáreas que este particular "dona" lo consideramos un despropósito, la naturaleza no necesita que la "dignifiquen" sino que se le respete, pues nos parece una manera disfrazada de hacer negocio con dinero público.
Como habitantes de la ciudad de Guanajuato profundamente preocupados por el daño que seguramente provocará la edificación de cualquier tipo de construcciones en las faldas de los cerros de la bufa, los picachos y el hormiguero exigimos la revocación definitiva del acuerdo de cabildo del día 13 de julio y el establecimiento de los instrumentos legales para la conservación de los predios propiedad de la constructora azacán como zona natural protegida.
Texto íntegro de la carta que le fue entregada al alcalde por el doctor en Filosofía, Aureliano Ortega Esquivel
El lunes y el miércoles de la próxima semana , frente a la presidencia municipal, se recabarán firmas para exigir que se revierta el cambio de uso de suelo. Ayer mismo, se consiguieron cientos de firmas de la población que asistió a la Cueva.
"Yo no me he comprometido a donar nada, ni a vender, inclusive mi compromiso con mi papá en vida fue que esto iba ser para uso exclusivo de los guanajuatenses, el tiempo que yo estuviera vivo y responsable de esto", afirmó en entrevista Juan Salvador Rodríguez Cerrillos, uno de los propietarios de los terrenos de la Bufa.
Salvador Rodríguez, hijo de Ruperto Gaudiano Rodríguez, propietario de parte de los terrenos de la Bufa y del Hormiguero, se pronunció a favor de que no se urbanice la zona.
Reveló que hace unas tres semanas, sostuvo una reunión con el alcalde Nicéforo Guerrero, para conocer en qué consiste la urbanización de la zona, pero a la fecha no ha tenido respuesta.El hijo de Ruperto Gaudiano, quien falleció hace algunos meses, explicó que los terrenos de su propiedad son parte de la herencia familiar que los padres de su padre preservaron, por lo cual se dice dispuesto a cuidarlos también, "simplemente por la cuestión sentimental".
En la citada reunión con el primer edil, dijo, "se planteó la posibilidad de donar a cambio del uso (de suelo), pero le dije que no podía decir ni si, ni no; porque necesitaba conocer bien de la urbanización y del fideicomiso", pero reiteró que a la fecha no tenga ningún documento y, de hecho, "ninguna autoridad municipal, entiéndase funcionario municipal", ha tenido otro acercamiento con él.
Sin embargo, enfatizó que su compromiso está con su padre, porque no ha pensado ni donar ni vender nada, y el acuerdo con su papá fue que estas tierras serían "para uso exclusivo de los guanajuatenses".
Que se quede así
Por herencia, Juan Salvador es actualmente dueño de 120 hectáreas, entre ellas la zona donde está la Cueva y donde se realiza la misa. Subrayó que en caso que decida donar ó vender, primero involucrará a la sociedad, pero debido a lo que ayer observó, las protestas de la gente y en honor a su padre, consideró que lo más conveniente es dejar así las cosas.
Destacó que no ha planteado a nadie que donará el espacio y, aunque sí le interesa un fideicomiso, sería solo involucrando a varias partes de la sociedad, "pero si se queda así como estamos disfrutando ahora, qué mejor"
Llegó en medio de una rechifla popular y dos horas después se fue con otra fuerte manifestación de repudio, así fue la visita del alcalde Nicéforo Guerrero Reynoso a la fiesta de la Cueva, quien sólo recibió unos cuantos aplausos de simpatizantes y allegados que le esperaban en la carpa del ayuntamiento.
El edil llegó tarde con Gustavo Adolfo González Estrada, secretario de Finanzas pues el gobernador no asistió y luego se plantó en su mesa con el presidente del PRD estatal, Miguel Alonso Raya y la presidenta del Congreso, Alicia Muñoz Olivares.
De inmediato se le acercaron los académicos Aureliano Ortega y Enrique Avilés, quienes buscaron hablar con él, luego de participar en la marcha de la mañana en contra de la urbanización de El Hormiguero.Fue este mismo sitio donde los inconformes con la urbanización recabaron firmas y entregaron un resumen de lo que será el cambio de uso de suelo.
Una vez que el alcalde llegó a la carpa de la presidencia, el doctor en Filosofía, Aureliano Ortega Esquivel se le acercó para entregarle un documento en el cual exigen la revocación definitiva del acuerdo de cabildo del día 13 de julio para el cambio de uso de suelo y el establecimiento de los instrumentos legales para la conservación de los predios propiedad de una constructora como zona natural protegida.
La firma
El alcalde leyó ávidamente el papel donde se advierte el posible "daño que seguramente provocará la edificación de cualquier tipo de construcciones en las faldas de los cerros de la Bufa, los Picachos y el Hormiguero".
Asimismo, el universitario entregó firmas de respaldo e ironizó que la creación de un fideicomiso para "dignificar" 12 hectáreas es un despropósito pues la naturaleza no necesita que la "dignifiquen" sino que la respeten y el proyecto "parece una manera disfrazada de hacer negocio con dinero público".
La donación en su caso, se dice, "es un acto por el cual se cede al chantaje de quien, bajo una idea perversa y desencaminada del progreso, sólo mira para su mezquino beneficio y traiciona los verdaderos intereses del pueblo de Guanajuato".
A terminar la lectura del documento, repentinamente Nicéforo Guerrero sacó una pluma para sumarse a las firmas de cientos de capitalinos en contra de la urbanización y también firmó de recibido una copia de la carta que le entregaron los universitarios.
Ya casi a las cinco de la tarde, Nicéforo Guerrero se retiró resguardado de la rechifla por policías y el presidente del PRI municipal, "Chilo" de la Peña.
Cosas diferentes
Lo primero es revocar el acuerdo del cambio de uso de suelo y que el ayuntamiento "busque las formas para preservar no sólo esto sino muchos sitios de Guanajuato como reserva ecológica", dijo Aureliano Ortega al alcalde.
En respuesta, Guerrero le aseguró que la urbanización "no es definitiva y no queremos dañar a nadie", mientras que Ortega Esquivel le decía que tal vez por la vía del amparo, "si lo hacemos bien, podríamos...", pero fue interrumpido por el alcalde, quien le dijo que "no, porque perdemos, son 800 hectáreas y no son en los Picachos".
Alarmado, Ortega Esquivel preguntó "¿Ochocientas?, entonces vamos a hacerlo con el mayor cuidado posible". Ante ello, Guerrero expuso que él mismo está a defensa de eso (de los cerros) pero no a detener el desarrollo de Guanajuato, son dos cosas muy diferentes", dijo, mientras que Aureliano le contestaba que "hay tantas cosas por hacer por este municipio"...
Énfasis
El alcalde propuso ayer hacer "una reunión de expertos guanajuatenses y nacionales a fin de que vengan a determinar los límites de crecimiento de la ciudad".
Cosas diferentes
Lo primero es revocar el acuerdo del cambio de uso de suelo y que el ayuntamiento "busque las formas para preservar no sólo esto sino muchos sitios de Guanajuato como reserva ecológica", dijo Aureliano Ortega al alcalde.
En respuesta, Guerrero le aseguró que la urbanización "no es definitiva y no queremos dañar a nadie", mientras que Ortega Esquivel le decía que tal vez por la vía del amparo, "si lo hacemos bien, podríamos...", pero fue interrumpido por el alcalde, quien le dijo que "no, porque perdemos, son 800 hectáreas y no son en los Picachos".
Alarmado, Ortega Esquivel preguntó "¿Ochocientas?, entonces vamos a hacerlo con el mayor cuidado posible". Ante ello, Guerrero expuso que él mismo está a defensa de eso (de los cerros) pero no a detener el desarrollo de Guanajuato, son dos cosas muy diferentes", dijo, mientras que Aureliano le contestaba que "hay tantas cosas por hacer por este municipio"...