Desde esta trinchera queremos agradecer a la artista Cintia Bolio el poner a disposición de los ciudadanos de la IV República su entrañable trabajo.
Gracias a que se nos ocurrió la idea de mandar hacer una lona con su ilustración "La consulta va", es que pudimos tener éxito en una plaza tan difícil como lo es Cuévano de Ibargüengoitia, mejor conocida como Guanajuato capital. La gente simplemente no podía ignorar lo emotivo de la imagen y se acercaba a preguntar de qué se trataba y cómo podía participar.
Cintia, tu trabajo es el corazón de las mujeres vuelto imagen: siempre es muy acertivo en lo tocante a las emociones, siempre nos deja un sabor de dignidad, de que nosotras somos las principales salvaguardas de la dignidad de este país.
Para quien se precie de amar la tierra que lo vió nacer, no escapa el enorme sentimiento de dignidad, de bonhomía que destila la imagen de la Patria consultando el corazón del pueblo -representado por un ciudadano de overol y gorra, un obrero- dentro del cual late con toda su fuerza Pemex, es decir, los veneros del diablo de los cuales pende por completo lo que nos queda de Nación.
Una vez más, gracias Cintia por tu amoroso trabajo pródigo de sensibilidad y de inteligencia. Un abrazo muy fuerte de las Jaguaras.
Debo señalar que fue muy entusiasta la participación de los jóvenes en la Consulta. Eran los únicos que llegaban directito a la mesa con credencial en mano y aquellos a los que les cayó de sorpresa, fueron por sus identificaciones y regresaron para poder participar.
Se cree que el movimiento está lleno de gente mayor y abandonado por los jóvenes, pero no es así, y menos ahora, en el momento más definitivo de la Historia moderna de nuestro país. Somos nosotros a quienes más nos ensombrece el ánimo el intento de privatización, pues con ello perderemos toda posibilidad de tener un porvenir digno.
Somos nosotros los que, importándonos un bledo si nuestro panucho entorno intentaba denostarnos, fuimos a la casilla de la consulta un lluvioso domingo por la mañana...o por la tarde, o incluso somos aquellos que nos fuimos abatidos porque no llegamos a tiempo, ya estaban contando los votos (más abatida me quedé yo, porque ya estaba cerrando el acta y me dolió dejar a esa pareja sin poder expresarse).
Y no sólo eso, la Sra. Jaguara y yo nos quedamos con la llamita de Esperanza bien encendida en el corazón porque vimos a la IV República de carne y hueso: los niños, esos ciudadanos en cierne que todo lo ven, lo reflexionan, lo guardan para cuando puedan hacer uso de ello.
Hubo una señora que llegó con su hijita, como de 8 años. La señora empezó a platicar con la Jaguara mayor mientras yo tomaba los datos de otro ciudadano. De pronto, apoyando los bracitos en la parte superior de la urna y después de inspeccionar detenidamente el montón de cartelones, mantas, lonas y demás parafernalia informativa (la cual cabe señalar fue hecha con el ánimo de que a los guanajuatenses -los ciudadanos más duros del país-, les entrara algo en la cabezota de piedra), la niña le espetó alegremente a la Sra Jaguara: -¿Ustedes son los que defienden el petróleo? -Sí, somos nosotros, y tu mami también -Aaaah.
Acto seguido empezó a inspeccionar las historietas informativas del Fisgón. Nos conmovió tanto que en cuanto terminó de emitir su opinión la mamá, le regalé algunos de los volantes que tenían las dos preguntas y los cuadritos para tachar -Ten, ahorita no puedes votar, pero es muy bueno que los niños se enteren de lo que pasa en su país, así que te regalo estos para que juegues a la Consulta.... ten, te regalo también estos monitos, cuentan la historia del petróleo -Hay, sí es cierto, que se vayan enterando desde ahorita, ¿verdad? Terció la señora mientras guardaba su credencial, -¡Gracias!, dijo la niña y se fue muy alegre del brazo de su mamá. Nosotras nos quedamos profundamente conmovidas.
Más tarde, pasaron dos chamaquitos, uno más o menos de la edad de la niña votante y otro como de 10 años, tenían una cara de traviesos que no podían con ella. El más grande se para frente a mí y empieza a urgar en la mesa, atraído por las historietas del Fisgón. -¿Esto de qué es amiga? -Estamos preguntándole a la gente si está de acuerdo o no con que se privatice el petróleo, porque nos lo quieren quitar. El problema es que de lo que se gana del petróleo tenemos escuelas para que vayan ustedes y hospitales y... -¿Y si yo quiero que el petróleo siga siendo mexicano cómo le hago, dónde le tacho?, me interrumpió viéndome firmemente a los ojos, muy decidido -No amiguito, es que ahorita tú no puedes porque se les pide credencial de elector, pero puedes decirle a tus papás que voten por tí, aquí vamos a estar hasta las seis -¿Hasta las seis? -Sí -¡Córrele wey, 'ámonos! o qué ¿no tienes boca? le dijo al más pequeño y menos avispado. -¿Me puedo llevar una? -Sí, las que quieras.
Se fueron corriendo juguetonamente, con historieta del Fisgón en mano, a las volandas. Ya como a las cinco llegó una pareja de esposos, no sé si serían los papás de aquel niño, pero me encanta pensar que sí.
También nos visitó un empresario gasolinero de Tamaulipas, muy enojado porque "primero deberían de quitar a los corruptos, limpiar la empresa; y ya luego que se pongan a alegar si la reforman o no. Son puras cochinadas, mire, los funcionarios tienen gasolineras, se roban la gasolina y le ganan más que nosotros. Además no podemos cargar gasolina hasta que las pipas de ellos ya estén bien surtidotas. No, no,no. Este gobierno piensa las cosas todas mal".
Era un chavo gordito de sombrero y cinturón con hebillota. Otro más de nosotros, los temerosos por nuestro futuro, los indignados ante tanta infamia, nosotros, los jóvenes mexicanos.
Algunos de los que llegaron con credencial en mano -las credenciales más rápidas del Bajío-, eran universitarios quejosos del sistema panucho local, la mayoría con su equipaje al hombro: era domingo por la tarde, regresan de sus municipios a clases. Traen consigo un montón de sueños en peligro y en el corazón el esfuerzo económico y emocional de la familias que los manda a Guanajuato con la ilusión de brindarles la oportunidad de un futuro mejor.
¿Quiénes se creen esos ladronzuelos usurpadores para intentar destruir los nobles anhelos de la gente? ¿qué clase de monstruos se amparan bajo los colores azul y blanco? ¿por qué tanto odio y mezquindad?.
Esos, los chavos universitarios guanajuatenses, quienes contra viento y marea siguen resistiendo la derechización de su institución de educación, a pesar de ser pública y por tanto, debiera ser laica y gratuita. Esos, mis paisanos contemporáneos, los que tienen que ingeniárselas para construir sus colectivos, para exteriorizar sus opiniones, para defender sus derechos.
Casi todos están informados a través de la red porque, según dicen, según nosotras mismas vemos, los medios locales no informan de nada: futbol, chismes de encueratrices y encueratrizos de la tele o de las frivolidades de los politiquillos locales (que de ningún color se hace uno), publicidad del gobierno del estado; nota roja, asaltos, suicidios que van en aumento en el estado. Acá vamos de la "Tierra de oportunidades" del burro parado al "Contigo vamos" del inepto, nepotista e ignorante del gobernadorcete oliva. Contigo vamos... a la fosa, única salida de la desesperanza. Eso o migrarle, a la Gran Tenochtitlan, a Monterrey o Guadalajara, o al gabacho. Y los que pueden, a las europas, o a donde sea. Porque acá no nos dejan nada, hambre o explotación en las maquiladoras; las tierras las están acaparando los latifundistas foxianos, el campesino muere y con él el campo mexicano, puro "export only", puro fots y usaviagra. Y lo peor, las minas las entregan los caciques del Yunque a consorcios extranjeros, para que hagan explotación ecocida, para que dejen a los mineros guanajuatenses hundidos en la miseria, convertidos en meseros y sacaborrachos en esta nuestra orgullosa y heróica Capital, convertida en la cantina más grande del mundo cada octubre durante el Festival Cervantino, que cada vez más parece palenque barato, lleno de mercadería alcohólica de los socios foxianos. Y nosotros, los cuevanenses, lloramos de ver nuestra Joya Colonial de América envilecida. Adiós a la Cooperativa Santa Fé, obra de Lázaro Cárdenas. Adiós al Guanajuato minero. Bienvenidos a la gran cantina, a la fiesta vanal.
Pero regresemos al tema, los universitarios guanajuatenses son conscientes de que el cerco informativo está en las televisoras, en las radiodifusoras, en los periódicos. Aún así, la natural irreverencia juvenil tiene en las herramientas de su época a los mejores aliados: el que no le hace al hacker neófito, al menos sabe bajar canciones. El cerco informativo está en todos los medios seniles, pero no puede competir con la cibernética en manos de los más jóvenes, de edad y de espíritu, porque en la Resistencia son muchos los ruquitos que le tupen bien a eso de las computadoras, que ni qué. De ahí, de la red, es de donde se informan los guanajuatenses preocupados por su país, por su propio destino.
Ya disvarié mucho, mi interés era sólo narrarles lo que nos pasó en la Consulta sobre el petróleo. Cerramos como a las 6 y media, aún así dejamos dos opiniones sin entrar a la urna. Llegaron cuando ya estaba cerrando el acta, chale, ni modo.
De los resultados les cuento que nomás hubo 7 ciudadanos mensos que votaron a las dos preguntas "Sí"; y digo mensos como responde Andrés Manuel cuando le preguntan por qué le dice pelele al enano fracturado "no es insulto, es descripción". Todos los demás se manifestaron en contra de la propuesta espuria y aún creen en el "obsoleto" ideal de una Patria Libre y Soberana.
La Revolución de las Conciencias se gesta entre nosotros. La IV República existe en cierne en los más pequeños. ¿Que obtuvimos pocos votos? ¡que importa! Si con lo que tuvimos la fortuna de presenciar en la casilla ya tenemos para saber que hemos ganado la batalla.