La Jornada 23/04/08 José Steinsleger Fuentes de inteligencia de mi archivo personal revelan que la credibilidad de los medios monopólicos de difamación decrece, conforme los pueblos optan por caminos distintos a los sugeridos por el torpe terrorismo mediático y el retorcido neomacartismo new age. Dejaré, para otra ocasión, la pobreza de un texto que da pena por quien lo firma (“Populismo y democracia en América Latina”, Roger Bartra, Letras Libres, abril de 2008); paso a detenerme en el espot televisivo contra Andrés Manuel López Obrador (AMLO), claro ejemplo de “terrorismo mediático”. En ambos casos, la confusión guarda vasos comunicantes. En el uno, la insidia explícita del viejo cristero fascista que asocia a Hitler con AMLO: en el otro, la “excelencia académica” del converso apenado por el “antimperialismo rupestre y demagógico” que rechaza la globalización, “… el más importante motor del cambio”. El escritor Fernando del Paso definió la esencia del espot con una palabra que no voy...